Una tabla bizantina con los Diez Mandamientos se subastará el 18 de diciembre por un precio de salida de un millón de dólares estadounidenses.

La casa de subastas Sotherbys de Nueva York subastará un objeto verdaderamente único: la tabla más antigua inscrita con los Diez Mandamientos. Esta pieza data del período bizantino, tiene aproximadamente 1.500 años y es la única de esa antigüedad que se conserva completa.

Inscrita en escritura paleohebrea, está fabricada con mármol, pesa 52 kilos y mide unos 60 centímetros de alto. Consta de veinte líneas de texto grabadas en la piedra, pero hay algo muy curioso: la placa contiene solo nueve de los mandamientos que hoy conocemos. El segundo mandamiento – “No tomarás el nombre del Señor en vano” – es sustituido por otro, el de rezar en el Monte Guerizín, un lugar sagrado situado en la actual ciudad de Nablus (Cisjordania) donde hoy se encuentra la iglesia ortodoxa griega del Pozo de Jacob.
Esta es la tabla más antigua que se conserva de los Diez Mandamientos (y está en venta)
Esta pieza extraordinaria se expondrá en la casa Sotheby’s de Nueva York del 5 al 17 de diciembre, con horario abierto al público de 10 a 17 horas entre lunes y sábado y de 13 a 17 en domingo. Posteriormente, el 18 de diciembre, se venderá en lote único, y su precio de salida se ha fijado en un millón de dólares americanos: su valor se ha estimado entre uno y dos millones, pero nadie sabe hasta cuánto puede estar dispuesto a pagar un coleccionista por hacerse con este tesoro.
La tabla fue desenterrada en 1913 durante unas excavaciones ferroviarias a lo largo de la costa sur del actual Israel, que entonces era parte del Imperio Otomano; y se encontró en unos yacimientos cercanos a antiguas sinagogas, mezquitas e iglesias. La importancia del descubrimiento pasó desapercibida durante muchas décadas: de hecho, durante treinta años sirvió como adoquín en la entrada de una casa local, con la inscripción hacia arriba y expuesta al tránsito peatonal.
Al estar escrita en una lengua antigua, posiblemente quien la encontró no entendió qué decía. En 1943, la placa fue vendida a un erudito que reconoció en las inscripciones el decálogo fundacional del reino israelita. Su destino posterior hasta el momento actual es desconocido: no está claro qué sucedió con la tablilla inmediatamente después de su compra en 1943, y no se ha hecho público quién la vende actualmente.
En opinión de los expertos, originalmente la tabla habría estado expuesta en una sinagoga o en una vivienda privada. El lugar original de la placa seguramente fue destruido durante una de las muchas conquistas que ha vivido este lugar a lo largo de su historia, y señalan las cruzadas como el momento más probable, puesto que en ese momento se destruyeron edificios en la zona en la que fue encontrada.
El hecho de que el segundo mandamiento sea distinto resulta muy interesante. Los Diez Mandamientos aparecen en la Biblia en dos versiones principales, el Libro del Éxodo y el Deuteronomio. La tradición judía y las diversas corrientes cristianas contienen ligeras variaciones, pero hasta ahora el texto referido al Monte Guerizín era totalmente desconocido. Esto puede indicar la existencia de alguna corriente religiosa desconocida en tiempos bizantinos, o bien que fue encargada por un privado que decidió salirse de la ortodoxia religiosa.
Sotheby’s presenta la tabla como “una demostración del código moral que sustenta la civilización occidental” y destaca su relevancia para el judaísmo, el cristianismo y el islam, afirmando que representa un verdadero puente entre religiones, regiones y épocas.
El director global de Libros y Manuscritos de Sotheby’s opina:
esta notable placa no es solo un artefacto histórico de enorme importancia, sino un vínculo tangible con las creencias que ayudaron a dar forma a la civilización occidental. Encontrarse con esta pieza compartida de patrimonio cultural es viajar a través de milenios y conectarse con culturas y creencias contadas a través de uno de los códigos morales más antiguos y duraderos de la humanidad
