No creo que ninguna edad sea mejor que otra, pero a partir de una época, no necesariamente la misma edad para todos, se cambia el ángulo.
Y lo que conlleva en cada individuo no lo sé, en mi caso, el ser más flemática, más calmada, menos impaciente.
Y sobre todo menos exigente con lo que me rodea. Hace años necesitaba que me ocurrieran cosas y si no las buscaba, para que fuera así.
Hoy abomino de esa locura y las cosas que ansío que me ocurran son otras más sutiles y silenciosas, como alcanzar los objetivos que me planteo.
No necesito que cambie el eje de la tierra ni que acontezca un tsunami, es más, adoro aburrirme y divagar.
