Amazonas

En la mitología griega, las amazonas fueron una raza de mujeres guerreras que se destacaban por sus habilidades para cabalgar, así como por su coraje y orgullo, vivían en los límites exteriores del mundo conocido, a veces específicamente se menciona la ciudad de Temiscira en el mar Negro.

Su reina era Hipólita y aunque Homero nos dice que eran «iguales a los hombres», las más famosas de ellas pelearon y perdieron en batalla contra tres héroes griegos: HérculesTeseo y Belerofonte.

Las escenas de estas batallas fueron populares en el arte griego, especialmente en la cerámica y en la estatuaria monumental que adornaba algunos de las edificaciones más importantes del mundo griego, incluyendo el Partenón de Atenas.

Curiosamente, la investigación arqueológica de tumbas en Eurasia ha demostrado de manera concluyente que muchas mujeres de las tribus nómadas de las estepas eran realmente guerreras, particularmente en la zona del Mar Negro.

En la mitología, las amazonas eran hijas de Aresdios de la guerra y eran miembros de una sociedad exclusivamente femenina, en donde los hombres eran bienvenidos solo con fines de reproducción y todos los bebés varones eran asesinados.

Se pensaba que habitaban en el límite de lo que los griegos consideraban su mundo «civilizado” y eran frecuentemente asociadas con el área alrededor de la costa sur del mar Negro, particularmente con la ciudad-estado de Temiscira.

Otra de sus conexiones era con la península de Anatolia, específicamente Éfeso, en donde se cree que las amazonas hicieron un sacrificio a la diosa de la caza Artemisa en su templo y que además realizaron danzas de guerra, estableciendo una ceremonia que se repitió anualmente a partir de entonces.

Ciertamente, la fundación de muchos asentamientos en Asia menor se atribuyó a las amazonas, notablemente los de Éfeso, Cime, Sinope, Priene, Mirina, Esmirna, y Mitilene en Lesbos.

Heródoto (c. 484-425/413 AEC), en su obra Historias (Lib. 4, 110-117), da una descripción extensa de un encuentro entre las amazonas y los escitas.

Unos jóvenes guerreros del segundo grupo persuadieron a algunas amazonas de formar una nueva sociedad juntos, aunque las mujeres insistieron en que ni ellas ni su descendencia cambiarían sus estilos de vida en absoluto.

Esta nueva raza fue considerada como el origen de los sármatas en el sur de Rusia, una historia apropiada para un pueblo famoso por sus caballos y su agresión bélica.

Esencialmente, se pensaba que la sociedad de las amazonas era una sociedad masculina a la inversa, ya que ellas se dedicaban a actividades tradicionalmente dominadas por los hombres como la equitación, la caza y la guerra.

En el ámbito de la leyenda (sin ninguna evidencia histórica que lo apoye), se dice que las amazonas quemaban su seno derecho para poder usar mejor el arco y arrojar la lanza, en efecto, el termino a-mazon se entendía como «sin pecho» o «no amamantado». Otro origen alternativo del nombre es aquel que proviene de la palabra persa que designa simplemente «guerrero».

Una interpretación final del asunto es la que afirma que el nombre deriva del armenio, que significa «diosa de la luna», y se refiere a las sacerdotisas de la luna en la costa sur del mar Negro, que en ocasiones portaban armas.

Curiosamente, las amazonas no son representadas en el arte griego sin un pecho. La historiadora Adrienne Mayor sugiere que la confusion literaria, por lo tanto, viene de similitudes entre las palabras mazon y la palabra griega mastos.

En el arte, las amazonas son a menudo retratadas usando una armadura hoplita y frecuentemente cabalgan un caballo. Las armas más comunes son el arco y la lanza, pero también se muestran amazonas que llevan hachas. No solo se las consideraba guerreras capaces, sino tambien expertas en emboscadas y cargas de caballería.

El primer encuentro entre los griegos y las amazonas, de acuerdo a la mitología, fue cuando Euristeo, rey de Micenas, Argos y Tirinto, envió a Hércules a uno de sus célebres trabajos (el noveno), en esa ocasión para ir a buscar el cinturón de la reina amazona Hipólita. El cinturón le había sido dado por su padre Ares, y la tarea fue colocada por Euristeo precisamente porque se trataba de una empresa increíblemente peligrosa. En algunas versiones de la historia, Hércules va solo, pero en otros relatos, primero reunió un ejercito dirigido por los mejores guerreros griegos, incluido el héroe Teseo. En algunas versiones, tomar el cinturón resultó ser mas fácil de lo esperado cuando Hipólita se lo entregó voluntariamente, pero en otras, Hera, siempre en contra de Hércules por ser el fruto de la aventura ilícita de su marido con Alcmena, incitó a las amazonas a darles al héroe griego y a su ejercito un violento recibimiento. Aunque las amazonas eran buenas luchadoras, no eran rivales para el invencible Hércules que le llevó el cinturón a Euristeo.

Llamativamente, nuestras primeras representaciones del relato en ceramica son anteriores a las fuentes literarias por dos siglos, y a veces muestran a Hércules luchando contra una amazona llamada Andrómaca o Andrómeda, y en ninguna se ha representado un cinturón. Esto es, de nuevo, evidencia de que los mitos orales eran más complejos y variados que las versiones literarias que han sobrevivido. Un elemento más definido de la trama es el que habla de que durante esta expedición, Teseo se enamoró y raptó (o se escapó con) a la amazona Antíope, una acción que llevaría a un segundo encuentro entre los griegos y las amazonas.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/existieron-amazonas-realidad-tras-mito_20933

https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10355/las-amazonas/

Publicado por ilabasmati

Licenciada en Bellas Artes, FilologÍa Hispánica y lIiteratura Inglesa.

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