El éxito es difícil de estandarizar, porque es subjetivo.
Quizás frente a los objetivos, hay que aprender a aceptar que no siempre el resultado es el previsto en un inicio.
Para ganar, primero hay que aprender perder.
Pero como he dicho en otras ocasiones, el destino escribe torcido y hay veces que nos hace favores, cuando creemos que es un revés, pero se lee en perspectiva, a toro pasado.
Quizás no esté muy educada la resistencia a la frustración, cuando hay un objetivo.
Las sociedades cada vez son más competitivas y adiestran a los infantes a que corran desesperados a ser los numero uno de lo que sea, olvidando su desarrollo en otros ámbitos.
Grave y craso error porque la madurez requiere de tiempo y la vida de rodaje cuando menos.
Los jóvenes se están buscando y vuelan como las palomas en círculos concéntricos buscando el eje electromagnético que por fin las guie y estimule la motivación.
A fin de cuentas, la identidad es una impostura, un constructo, un corpus, un relato, susceptible de arreglos.
Y no hay que perder de vista su formación ética, porque si no hacemos monstruos.
Los mayores se impacientan en el proceso, porque quieren resultados rápidos exportables, unos hijos exitosos, para mostrarlos al resto.
Casi siempre ese anhelo proviene de las frustraciones personales del padre que nunca estudio.
Yo, que ya he vivido un poco y leo en perspectiva, veo más el éxito en la paz que siento y la familia que he construido, el resto es anécdota.
Pero para gustos colores, hay quien sigue convencido, después de múltiples batacazos que el éxito es dinero. De hecho, hay sociedades que así se erigen obsesivas del éxito.
El dinero lo consigue cualquiera, solo es cuestión de trabajo legal o ilegal, pero la paz de espíritu y la armonía es otra cosa.
Y si de fórmulas de éxito se trata, quizás la creatividad, la cabezonería y sobre todo la motivación, sean los tres ejes sobre los que se apoya cualquier anhelo, pero no pasa de ser una formula, porque la casualidad y la fortuna, también influyen.
Asocio el exito a los seres humanos buenos y generosos como el Padre Patera, el padre Angel, los voluntarios que luchan en el tercer mundo por apoyar a los menos afortunados, los activistas que luchan por los derechos de todos y cualquier ser anonimo que tiende una mano a quien lo necesita.
