La emoción

No hay plural, la emoción es el eje de mi anhelo.

La emoción de conocer gente nueva, la emoción de aprender, la emoción de ver lo que el futuro depara, la emoción de amar el arte, y descubrir a través de él, otra forma de existir llena de pasión y de esperanza de futuro.

Hay distintos tipos de inteligencia, y todos tenemos una que predomina, la mía es emocional y la reivindico. No digo que sea la mejor, pero no está mal, se ha portado bien en el viaje hasta ahora.

Es un privilegio y un don, es más, creo que debiera de fomentarse desde la niñez en la escuela, porque las personas con poca inteligencia emocional, aunque puedan conseguir éxito en sus carreras y patrimonios fastuosos, son desgraciadas.

Y más vale camarero feliz que Nobel Prize desdichado.

No existe vida sin emoción y aunque hay que disimular en más de dos ocasiones, para mostrar una absurda e imperturbable fachada al exterior, y hay que hacer continuos ejercicios de contención, la emoción es alfa y omega y lo que permite una vida plena.

Sin ella no habría ese chispazo de inmortalidad, esa genialidad que nos hace diferentes del mundo animal, ese factor añadido que a veces nos empuja a abismos desconocidos, solo por amor.

Las emociones, no son solo respuestas a situaciones, sino también son una parte integral la interacción y comprensión del mundo.

Quizás venga de una educación artística y eso me acerque más a la comprensión de este concepto, para mí, un don.

O quizás tenga una edad donde ya he vivido, en la que entienda mejor lo que decían los griegos de que eros aleja a thanatos. No sé.

Todas las personas nacemos con unas características especiales y diferentes, somos únicos, pero la manera de comportarnos o de enfrentarnos a los retos de la vida son aprendidos y en ocasiones llenos de predisposición y pánicos.

Desde pequeños, podemos ver como para un niño no está tan bien visto llorar y expresar sus emociones como una niña. A los varones se les exige ser más valientes, seguros de sí mismos y a las niñas, mas pasivas.

Veo una misoginia generalizada, como las mujeres son menos valoradas, según las culturas, tanto en el ámbito personal como en el laboral, lo cual es origen de malos tratos.

Todo es adquirido desde el momento en que venimos al mundo, aunque pueda haber una herencia genética.

Se perpetúan esquemas hasta la saciedad, se nos programa como a un ordenador, nos comportamos como nos han enseñado, a veces de forma necia.

La autoestima, ser más generoso con los demás o la resistencia a la frustración, el aceptar los fracasos, no siempre depende de lo heredado. No todo esta perdido.

Por lo que no hay que perder la ilusión ni la alegría de vivir, ni la humildad, hay que ser capaces de seguir aprendiendo y mejorando, porque lo bueno está por llegar y la vida es maravillosa. 

El desafío es aprender a ser más inteligentes emocionalmente, a ser más felices y a fomentar un entorno de armonía.