
La hija del artista y Françoise Gilot sustituye a su hermano Claude como nueva administradora legal del legado de Pablo Picasso

El Año Picasso avanza a toda vela con una programación plagada de exposiciones y homenajes al artista malagueño por todo el mundo.

Tampoco faltan las noticias. Hace unas semanas falleció a los 101 años la pintora François Gilot, quien durante diez años vivió con Picasso, con quien tuvo dos hijos: Claude y Paloma. Ahora hemos sabido que esta última ha relevado a su hermano como administradora legal del legado de Pablo Picasso (cargo que ocupaba Claude desde 1989), según informó a Afp su abogado, Jean-Jacques Neuer.

Esta designación es muy importante para el mundo artístico, advierte Neuer.

Nacido en 1947, Claude Ruiz-Picasso estudió en Francia y Gran Bretaña, vivió en Nueva York de 1967 a 1974. Allí fue asistente del fotógrafo Richard Avedon y tomó cursos en el Actors Studio mientras trabajaba como reportero gráfico. Participó en la producción de películas publicitarias y en la puesta en escena de obras de teatro.

A la muerte de su padre, Claude Ruiz-Picasso regresó a Francia para hacerse cargo de la Administración Picasso. Se unió al equipo de Maurice Rheims, que inventaría más de 40.000 piezas y participó en la publicación del catálogo razonado de la obra grabada con Brigitte Baer. Puso toda la documentación a disposición de Werner Spies y Christine Piot para la elaboración de un catálogo de esculturas.

Claude Ruiz-Picasso se volcó en la protección de los derechos de autor al convertirse en presidente de Spadem (sociedad para la recopilación y distribución de derechos de autor para artistas visuales) de 1976 a 1989. En 1989, Claude Picasso fue nombrado administrador judicial de la Indivisión Picasso y dejó la presidencia de Spadem, pero siguió supervisando y protegiendo las obras de Picasso, iniciando numerosos procedimientos de infracción en Francia y en el extranjero, en particular en Estados Unidos, donde testificó en varias ocasiones para hacer valer los derechos de los autores frente a la ley anglosajona, que es poco protectora de los artistas.

En 1995, Claude Ruiz-Picasso creó la Administración Picasso para optimizar la protección y el control del uso del nombre, la imagen y la obra de su padre en los campos de la propiedad literaria y artística (derechos de reproducción, representación, derecho de participación), pero también en el ámbito del derecho de marcas.

La Administración Picasso autoriza, deniega, controla, cobra los derechos inherentes a las obras de Picasso en nombre y por cuenta de la copropiedad.

Claude Picasso es caballero de la Legión de Honor y de la Orden de las Artes y las Letras, patrono de honor del Museo Reina Sofía de Madrid y miembro de los Patronatos de los Museos Picasso de París y Barcelona.

Por motivos de salud, Claude Ruiz-Picasso deja su cargo y lo pone en manos de su hermana Paloma, que a sus 74 años estará al frente de la gestión de los derechos de la mayor sucesión artística del mundo.

Vive a caballo entre Lausana y Marrakech. Amiga de Warhol, musa de Lagerfeld e Yves Saint Laurent, Paloma Picasso (Vallauris, Francia, 1949) es diseñadora de joyas.

El Patrimonio Picasso está gestionado por un administrador judicial. Fue Claude Ruiz-Picasso el designado para este cargo.

La Sucesión Picasso pertenece de forma indivisa a los dos hijos vivos del artista (Claude y Paloma) y a sus nietos (Marina y Bernard, hijos de Paulo, el primogénito del artista; y Olivier, Diana y Richard, hijos de Maya, huja del artista, fallecida en diciembre del año pasado).

Esa entidad ostenta el monopolio de los derechos de autor y de reproducción de las obras del maestro y gestiona los derechos de la personalidad, el derecho moral y los derechos de marca.

Entre sus atribuciones figura la autentificación de obras y la lucha contra falsificaciones mediante acciones judiciales. En los últimos años consiguió recuperar 271 dibujos en poder de un antiguo electricista, que asegura haberlos recibido de regalo de su viuda. En 2019, el exelectricista y su esposa fueron condenados a dos años de cárcel.

