

La canción fue interpretada por primera vez por Liza Minnelli en una película de Martin Scorsese, pero es Frank Sinatra quien, tras versionarla y modificar ligeramente la letra, la trasforma en la icónica banda sonora de la Gran Manzana.

Existen pocas ciudades tan icónicas como Nueva York y pocos himnos tan conocidos y arraigados a un lugar como la famosa New York, New York de Frank Sinatra.
La letra y la melodía del tema interpretado por una de las mayores leyendas estadounidenses de mediados del siglo XX lleva décadas acompañando al frenético ritmo de la ciudad que nunca duerme siendo la banda sonora particular de la Gran Manzana.

Pero, pese a su vasta popularidad, pocos conocen la verdadera historia detrás de la canción que queda para siempre vinculada a Frank Sinatra pero que no fue ni escrita ni interpretada originalmente por él.

En 1976 y Martin Scorsese se dispone a grabar su película musical New York, New York, protagonizada por unos jovencísimos Liza Minnelli y Robert De Niro.

En una ocasión, director y actores se reúnen con John Kander y Fred Ebb, compositor y letrista de las canciones del filme, para escuchar los temas que ambos habían preparado.

En una entrevista para el periódico Cleveland Plain Dealer publicada en 2015, Kandler explica: Tocamos nuestras canciones: a Scorsese y a Minelli les gustaron mucho.

Sin embargo, tal y como relata el compositor, cuando él y Ebb se disponían a irse, Bobby, en el sofá, agita el brazo y Scorsese dice: Discúlpenme un minutito, y va y habla con él.

Al regresar, el director les dice que De Niro opina que la canción principal de la película es ligera y les pide que lo intenten de nuevo.

Kaner y Ebb se encierran en el apartamento del letrista y en apenas 45 minutos escriben New York, New York: sin saberlo, acaban de componer el futuro himno de la ciudad.

La película de Martin Scorsese se estrena en 1977, lleva a las pantallas de todo el mundo la secuencia en la que Liza Minnelli, apodada la novia de Estados Unidos tras su alabada actuación en Cabaret, canta New York, New York.

No obstante, ni el filme ni la canción obtienen el éxito esperado y el estreno es considerado un fracaso comercial.

En aquella época, Frank Sinatra, de sesenta años, se encuentra un poco alejado del centro neurálgico musical del momento: el ambiente es muy distinto al de los escenarios de los años 40 y 50 en los que él había triunfado.

Después de ver la película de Scorsese, su esposa, Barbara Sinatra, le sugiere que grabe una versión de New York, New York, pero antes de llevar el tema al estudio, Frank Sinatra decide cambiar ligeramente la letra (añade A number one en la estrofa A number one, top of the list, King of the hill, a number one) y cantarla en vivo en el Radio City Music Hall de Nueva York, en 1978.
Si puedo conseguirlo allí, lo puedo conseguir en cualquier parte.

El público, entusiasmado, aplaude la actuación de Sinatra, que incluyó New York, New York en su álbum Trilogy: Past, Present and Future, publicado en 1980. Así, la canción que ni había sido escrita para él, ni había sido cantada originalmente por él, llega a oídos y bocas de personas de todos los países, que reproducen y cantan hasta la saciedad el atemporal himno de Nueva York.

A partir de entonces, Frank Sinatra cierra todos sus conciertos con la interpretación de New York, New York, y es la última canción que cantó en público en 1995, tres años antes de fallecer.

Si puedo conseguirlo allí, lo puedo conseguir en cualquier parte, cantó, haciendo realidad la promesa escrita en la letra de su canción más famosa.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/frank-sinatra-himno-nueva-york_19571
